Cuando un libro se convierte en la puerta de entrada a la imaginación sin importar en que ciudad del mundo vivamos.
Tengo el hábito no se si, es bueno o malo de acumular en mi mesa de luz libros sobre ensayos y teoría del arte, los voy leyendo según el día o el tiempo que pueda dedicarle antes de acostarme, entre mis libros se encontraba “Éramos unos niños”, la biografía de Patti Smith (Cantante y poeta Estadounidense) y su amistad con Robert Mappelthorpe (Fotógrafo Estadounidense),lo había empezado a leer, pero quedo en la pila de libros acumulados, como tenía turno en el medico, para confirmar una bronquitis y me medicara, sabía que la espera sería larga, el libro era una muy buena compañía.
En su relato Patti comienza por su infancia y su mundo de fantasía en el que vivía con sus amigos y hermanos, como libraban batallas, Ella era su general; el mundo de los libros hizo su parte y le dieron alas a sus ilusiones, como leer a Louisa May Alcott (Escritora Estadounidense) cuando Patti en el mundo de “Mujercitas” , en especial el personaje de Joe, esa joven que inventaba historias para su familia, hizo que su mente viajara más allá; cuenta que un día su Padre los lleva a conocer el Museo de Arte de Filadelfia, ahí descubre otro mundo de luz y sombra, colores sus protagonistas eran Modigliani, Dalí, Picasso, siendo adolescente, comenzó a pintar, hasta participo de algunos concursos y se enamora de la idea de ser artista o ingresar en el mundo de los artistas.
Sus maestros decían que fantaseaba demasiado, que tenía la cabeza en otro sitio.
Este simple relato me llevo a mi infancia y mi mundo de fantasía, si bien soy hija única y en mi barrio no había tantos niños como para construir fuertes, mi mente siempre estaba en otro lado, lejano donde era la heroína de mis propias aventuras, la primer novela que mi Madre me regalo para un día del niño, tendría unos 8 años fue Mujercitas, si Yo también quería ser Joe, contar historias, vivirlas, acaso me pregunto si todas las nenas que leímos Mujercitas y después Señoritas no queríamos ser ese personaje desfachatado y lleno de imaginación, que se podía dar el lujo de ir contra la sociedad, Ella quería ser escritora y en la época en la que transcurre la historia las mujeres eran criadas cuidar de su hogar, para esa misma fecha mi Mamá me envío a aprender dibujo y pintura, cansada de calcarme la tarea del colegio, recuerdo que al volver de mi primer clase dije Yo quiero seguir dibujando y pintando, entonces mi mundo de fantasía se amplio, no solo era leer Mujercitas, también dibujar y perderme en lineas y colores, no necesitaba más para muchos era una niña introvertida, quizás si o no, en ese mundo de irreal, podía ser muchas Stella, en mi adolescencia fui igual, solo que a mi mundo de fantasía, se le sumaba algunas cuestiones, la dictadura en Argentina marcaba el ritmo y esas preguntas que años después encontraron respuestas, las bombas que solían poner muy seguido en Lope de Vega y General Paz, ser interrogados a la salida del comercial, nunca salir sin documento, daban vueltas en mi cabeza, algo que no podía hablar con mis compañeros de división, ya que mi comunicación con ellos no era muy fluida, y de algunos temas no se hablaban; es más algunos de ellos ni sabían que estudiaba dibujo y pintura.
En ese breve paralelismo de su infancia y la mía en el comienzo del libro de Patti Smith, quise detenerme, las dos queríamos ser Joe y como un personaje puede alimentar un mundo cuando una es una niña.
Para terminar si tienen hijas un buen regalo para la imaginación es Mujercitas y su continuación Señoritas de Louisa May Alcott, si ya son adultos, les recomiendo una buena lectura es Éramos unos niños de Patti Smith, nada como perderse en las palabras de un buen libro.
Stella Maris Leone Geraci
Artista Plástica - Fotógrafa
E-mail: stellamarisleonegeraci@gmail.com